Al fin, comienzo con mi primer tema dichamente profundo. Siempre ha sido difícil hablar sobre los temas filosóficos, religiosos, sociales y políticos. Pues bien, se requiere mucho valor para hablar de este tema.
Yo no me considero ningún gran valiente, sólo me considero con el deber de decir y expresar lo que siento y pienso con respecto a cualquier tema. Siempre he sido así. Este tema no es para menos, es acerca de algo tan importante que requiere mucha delicadeza tratarlo. Esto, porque voy a hablar de ciencia, politica, sociedad, historia y religión; todo, en un solo tema. Además de tratarse sobre mi postura sobre estos mismos. En otras palabras, es hablar de mi ser.
El agnosticismo, es para muchos algo completamente ajeno a la cotidanidad. Para mi, es mi estilo de vida.
El agnosticismo se define, según la wikipedia, como:
Aquella postura filosófica o personal que, a grandes rasgos, considera inaccesible para el ser humano todo conocimiento de lo divino y de lo que trasciende o va más allá de lo experimentado o experimentable.
Léase de nuevo y con detenimiento la frase anterior. Considerar inaccesible para el ser humano todo conocimiento de lo divino... Es muy osada aquella afirmación. Sobre todo porque en la sociedad donde vivo todo mundo cree un poco en algo divino; muchos creen demasiado.
¿Y esta frase qué quiere decir? Pues que los humanos no tenemos acceso a lo divino, que somos incapaces de conocer más allá de lo experimentado. Bueno, suena raro, pero ¿Y?
Sin ir mas lejos. El agnosticismo es una corriente filosófica del cual se dice el humano no tiene la capacidad de poder determinar si Dios (o Dioses) existen porque no tienen forma de comprobarlo.
Si acaso una persona creyente, de cualquier religión, llegara conmigo y me dijera -Yo sé que Dios existe. Yo le preguntaría: bien ¿cómo compruebo que existe? A lo que casi seguramente me diría -Sólo puedes comprobarlo si lo sientes, no es algo tangible o comprobable. Y he ahí el problema precisamente. ¿Cómo puede una persona comprobar a través de sentimientos ajenos que lo que esa persona sintió es algo que se pueda llamar divino.
Si yo le preguntara a muchos creyentes, incluso de diferentes religiones, la forma de comprobar su sensación divina, seguramente habrá tantas maneras distintas como personas pregunte. En otras palabras, es algo completamente subjetivo.
El agnóstico es, en esencia, un seguidor de los hechos y las pruebas. Hay que tener cuidado y no confundir, el agnóstico no es un ateo. Recordemos que la premisa principal del agnóstico es que el humano es incapaz de las experiencias divinas no comprobables. No puede determinar si Dios existe o no.
Ahondemos más en el tema.
El agnosticismo es también el término antes del Gnosticismo. Es decir, el gnóstico es alguien "que sabe". Y yo no sé, no porque esté seguro de que no, sino porque no tengo la capacidad de saber.
Algunas grandes personas en la historia han sido agnósticos. En parte, de ello ha dependido algo de se fama y su grandeza. El hecho de que una persona afirme o niegue la existencia de lo divino, lo deja encerrado en un callejón sin salida: Existe - No existe. Pero tener la duda de ello implica que también se tiene que descubrir que ante cualquier situación inesperadamente milagrosa o con tendencia a ello, debe descubrirse la verdad. Esto es mucho más valioso que hacer cualquier afirmación.
Muchas personas se vuelven ateos ante la dificultad de sentirse allegados a la religión que le han inculcado, u otras veces ante la decepción que la hecho sentir la práctica de alguna doctrina. Las causas son diversas. Pero el agnóstico decide tomar las riendas por su propia mano. Es necesario que, para llegar a descubrir la verdad, hay que comprender que las cosas pueden ser o no como nos pensábamos, y no como nos gustarían que fueran.
Las reglas para llegar a ser agnóstico son simples. Siempre hazte la pregunta ¿Es esto cierto? ¿A caso es comprobable y repetible? No es una casualidad de que muy grandes científicos sean o hayan sido en vida agnósticos.
Esta corriente no es para nada nueva. Ya hace tiempo, desde los tiempos de la biblioteca de Alejandría, han existido mentes dubitativas. Cuando se comenzó a expandir el cristianismo por Europa, se les comenzó a perseguir. Más tarde se les condenó a la hoguera. Pero en Holanda se les dió la libertad de echar a andar la maquinaria de la mente para revelar ese velo tan oscuro detrás de lo que no se podía hablar. Allí nació el renacimiento.
Hoy en día, las religiones y pseudociencias siguen siendo más famosas y con más seguidores que las ciencias. Tampoco es una casualidad de que las regiones con mayor cantidad de subdesarrollo humano es donde más religiones y pseudociencias existen.
Me parece vergonzoso y reprochable quitarle a la gente las herramientas para descubrir la verdad. Decirles sólo lo que a unos u otros conviene, por miedo de no poder controlar las masas.
No tengo esperanzas de que hoy, ni mañana, ni siquiera dentro de 1 año, toda esa gente comience a dudar de lo que cree para comenzar a explorar y comenzar a saber. Pero sé que algún día, por lejano que parezca, la gente sabrá y muchos de los males de este planeta se terminarán.